Malena María empezó en la poesía por
pura casualidad, nada más llegar a Madrid. Ella pensaba dedicarse al teatro,
pero el azar quiso que conociese una reunión de poetas, probase suerte en uno
de sus concursos, y terminase dedicándose a ello.
Su amplia formación en artes escénicas le lleva a hablarme del Teatro Clásico de Grecia o de Leonardo da Vinci como el artista global, polifacético que era. Y eso es precisamente lo que ella reivindica también para nuestro tiempo, ser artista total, sin cortapisas, sin etiquetas.
Su amplia formación en artes escénicas le lleva a hablarme del Teatro Clásico de Grecia o de Leonardo da Vinci como el artista global, polifacético que era. Y eso es precisamente lo que ella reivindica también para nuestro tiempo, ser artista total, sin cortapisas, sin etiquetas.
Malena
María se siente convencida del poder de las palabras, de su fuerza para luchar
por un mundo mejor. Así, reivindica un
cambio en cada uno de nosotros para volver a la esencia del significado de cada
palabra.
La
entrevisto en compañía de su amigo Mikel, mago de profesión, y quien me somete
a unos trucos que, la verdad, no soy capaz de adivinar. Así, entre risas y
trucos de magia, hablamos del arte, del artista, de la poesía y de las
palabras.
¿Cuándo comenzaste a escribir?
Siempre
he escrito, desde que estaba en la escuela.
¿Por qué poesía?
En
realidad, yo vengo de la dramaturgia, estudié artes escénicas en Valencia y
gane el premio nacional de jóvenes autores hace unos años. Al acabar mi
formación decidí venir a Madrid para dedicarme al teatro. Pero, casualidades de
la vida, debajo de mi casa había un bar donde se reunían poetas, “El
dinosaurio” e hice una actuación con mis textos que les encantó. Así, comencé
adentrándome en la poesía, asistí a la tertulia de poetas “Critica Feroz”, un
taller impartido por Batania, en el que los poetas critican ferozmente los
textos y se me dio bien, a la gente le gustaba lo que hacía. Poco después,
Pablo Cortina, me propuso participar en el “Poetry Slam” y fue una gran
sorpresa para mí ganarlo y, desde entonces, empecé a meterme más a fondo, hasta
ahora.
Emilé Zola es mi autor favorito. En mi poesía
me siento inspirada e influida por el realismo y el naturalismo, siempre
intento que en lo que escribo haya un posicionamiento hacia lo real, hacia la verdad,
por ello trato sobre cosas que conozco, nunca invento nada.
El realismo inspira tu poesía,
pero ¿qué intentas transmitir con ella?
Yo,
con mi poesía, trato de transmitir vivencias personales y sentimientos reales,
intento que la gente se sienta identificada.
¿Cómo sientes la conexión con el
público en tus actuaciones?
Cuando
actúo, intento que haya un canal de comunicación y siento que la gente se
conmueve, también porque mi poesía es muy emocional y creo que logro transmitir
estas emociones a la gente porque se sienten identificados.
Con que faceta te identificas más,
escritora, poeta, actriz…….
Pienso
que los artistas somos un compendio de muchas cosas y que, hoy en día, hay una
manía de meternos a todos en cajones estancos; o eres actriz o escritora o
dramaturga o poeta. Yo soy artista, vengo del teatro, donde entendí que un
artista tenía que ser completo y saber de todo. Yo he aprendido malabares,
danza, teatro, canto, expresión corporal e iniciación a la acrobacia. Es por
eso que creo en el artista total, sin cortapisas, aunque luego te especialices.
Este año has ganado el “Poetry
Slam” de Madrid, ¿sientes que se ha visto recompensado tu esfuerzo?
Sí,
me emocione, me eche a llorar y di gracias al público, que es quien decide.
Siento que fue una recompensa al esfuerzo de un año muy duro en mi vida, en el
que he sufrido un desahucio y he seguido trabajando y escribiendo.
Organizas el taller de declamación
en la “Casa Amarilla”, ¿cuéntame en qué consiste?
La
“Casa Amarilla” es la casa en la que yo vivo y también doy clases. En éste
taller, enseño a aplicar la técnica teatral al texto dramático, y se basa en
ejercicios de relajación, de voz y expresión corporal para que juegues con tu
texto y le saques el mayor rendimiento.
También enseñas “Jam Poética”, ¿cuéntame qué es?
Igual
que el anterior, se basa en aprender ejercicios de voz, relajación y expresión
corporal, pero además, jugamos, se trata de volver a mirar el mundo de otra
manera. En la “Jam” estamos compañeros que son cantautores, magos,…, un
compendio de todos los artistas. El objetivo es leer el texto de la forma más
natural posible, sintiéndolo natural y así, transmitir y quitarle la
solemnidad, que sea un acto de comunicación real y, por supuesto, pasártelo
bien.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Como
una mujer que vivió de acuerdo a lo que creía y sentía y, cuya obra y cuya
vida, iban muy parejas. Me gustaría que se recordara el amor que le tengo a mi
profesión y a las letras y el convencimiento que poseo de que realmente la
palabra puede cambiar el mundo, cambiar el sistema y cambiarnos a nosotros
mismos.
¿Qué crees que falta por innovar
en poesía?
Yo
soy poco innovadora en lo que hago, soy bastante tradicional, pero creo que hay
gente como Daniel Orviz, Diego Mattarucco o la actual corriente de raperos, que
juegan mucho con la palabra y están innovando. De hecho, creo que ahora la
poesía está en un momento de cambio.
Pienso,
además, que la palabra está muy manida, la hemos usado tanto que su significado
se ha desvirtuado. Creo que tiene que haber un cambio a nivel personal de todo
el mundo para prestar atención a lo que realmente quieren decir las palabras, a
su esencia.
Teresa Pérez
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